Mover montañas y mover personas (tecnificación y RRHH)

Los gurús de la autoría de texto inventaron el XML para poder intercambiar datos de cualquier formato con facilidad. Los gurús de la traducción inventaron el XLIFF para poder intercambiar datos multilingües fácilmente. Y luego llega esta santa industria y usa formatos privativos para el intercambio de texto (Word - DOC) y para la traducción (Trados - TTX). ¡Olé, morena!

A menudo quiero emplear la herramienta x con el trabajo y, pero resulta que pocos traductores usan esa herramienta. El método más sencillo y tradicional es convertir los documentos a un formato estándar "pivot". En teoría, el estándar es el XLIFF, pero en la práctica es el TTX de Trados. Por ejemplo, un cliente insiste en usar SDLx, pero nos hace falta usar las funciones avanzadas de Swordfish, por lo que tenemos que pasar por Trados. Esto conlleva posibles peligros: las conversiones no son siempre perfectas y a menudo hay problemas a última hora.

Básicamente, hay dos métodos para vincular el trabajo X con la herramienta y:
  1. modelo "push", nadar contra corriente: encajar el trabajo X en la herramienta Y
  2. modelo "pull", nadar con la corriente: encajar la herramienta Y en el trabajo X
La opción 1 es posible mediante conversiones. Decides que quieres usar una herramienta siempre y que todo pase por ahí. Lo que ahorras por usar una herramienta, lo puedes perder con el tiempo que supone convertir los datos y los quebraderos de cabeza de una conversión fallida.

La opción 2 es posible mediante una mejor política de RRHH. Por ejemplo, SDL mantiene una lista de proveedores que a) tienen su software X en la versión Y, pero también b) tienen certificado su conocimiento de la herramienta. Así, puedes buscar gente con una herramienta específica y con conocimientos demostrables.

Por ejemplo, el software libre basa su modelo de negocio en la personalización, el soporte y la formación. Así, me parece positivo que SDL apueste por el soporte y la formación, aunque espero que su formación sea mejor que su soporte, que parece de chiste. Creo que sería rentable para un desarrollador rebajar el precio de su software y apostar por estas iniciativas como fuente principal de ingresos.

Es más sencillo el método 1, pero a largo plazo es preferible tirar del método 2. Es decir, es más fácil que Mahoma vaya a la montaña (el proveedor se ajusta al programa) que no que la montaña vaya a Mahoma (el programa se ajusta al proveedor).

Para ello, las empresas de traducción deben dejar de invertir tanto en modernización tecnológica y poner más recursos (= alguno) en reclutamiento y manutención de su personal externo. Pero esto, más que ciencia ficción, es pura fantasía.

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